Huellas

IMG_0001La tarde que te conocí,

mi corazón latía de prisa,

mi emoción desbordante se incrementaba,

escuchaba con que fuerza y pasión presentabas tu programa.

Una mezcla de curiosidad, miedo, alegría contenida, fluía en mi interior.

Durante mucho tiempo deseaba encontrar una clase como esa,

al fín lo había logrado. ¡ «No podía creerlo»!

Si,

crecí, tu profesionalidad, generosidad,  calidad humana,

dando siempre un paso más, respetando la individualidad de cada uno.

Repentinamente un visitante inesperado,

entró en nuestra aula con tal violencia, haciendo saltar por los aires,

pinceles, paletas, oleos, acrilicos, tintas, lienzos.

Nosotros, paralizados en un rincón,

no podíamos nombrar, ese «cáncer » que nos arrebató

nuestro preciado «Maestro»