En navidad!
Mientras don Ernesto tendía la colada,
el estruendo de un portazo
sacudió su cuerpo de arriba abajo,
en estado de shock, quiso continuar, pero no pudo.
Un grupo de niños del vecindario se acercó a él
vociferando…—¡Viejo gruñón, insoportable!
Tratando de controlar el baile de sus rodillas,
cogió el cesto con la ropa mojada,
entró en casa con lagrimas a punto de caer.
Decidió correr a su refugio favorito… ¡ Su querido parque!
En el mismo rincón de cada día,
con la cabeza entre sus manos,
en soledad, descargó todo su dolor.
Sin reparar en la mirada curiosa
que un pequeño gato, le dirijía de manera incisiva,
sin perder detalles,
como queriendo ofrecer consuelo.
Repentinamente don Ernesto, levantó la mirada
encontrándose directamente en el interior de la pupila del pequeño.
Un grupo de delincuentes,
esperando detrás del banco, aprovecha la distracción,
se acercan con rapidez
cogiendo el gato por el rabo,
tirando del anciano con todas sus fuerzas,
golpeando su cabeza, roban su cartera,
dejando al hombre inconsciente,
el gato maullando, con la sangre formando círculos
alrededor de su cuerpo.
—Erni!, oh ,Erni
—-¡como me alegra encontrarte! —gritó Lola.
—¡-Tan guapo como siempre!
—-Me siento feliz, mi querida lola!
Árboles, flores, mariposas,
¡Que bonito, es todo! —no me había fijado en esta calle,
repetía con admiración Ernesto!.
Lola, exuberante con una bata blanca,
sus ojos brillantes, pícaros….
Besaba a Erni, mientras preparaba un suculento manjar de navidad.
Mandarinas, mangos, plátanos, manzanas, uvas.. contaba Ernesto ,las frutas…
que adornaban la mesa—¡Me encanta!
Flores frescas — ¡orquideas! — mi favorita,
—¿Cuándo la has traído?—Preguntaba Lola.
—¡-Era tu sorpresa!
—Sabes, – nunca me gustó la navidad.
Pero…
Esta, es especial…—!Te amo lola!
Que pasa ?- preguntó el médico.
-Ha venido sin documentación, – contestó el celador.
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