Yo anciana, desnuda frente al espejo,
escudriño los surcos de mi cara,
las arrugas de mis manos,
los pliegues de mis rodillas.
y… de repente, el fondo del espejo,
me devuelve a esa niña tan pequeña,
de rodillas frente al cura,
contando sus miserias.
Giro la cabeza, veo a
esa adolescente escondida,
detrás de una capa de maquillaje.
El espejo me lleva,
a esa joven madre,
con dos niños en brazos,
y otro en el suelo.
Si,
buscaba el amor,
tres niños de padres diferentes,
sin encontrar el amor,
que solo vivía en mi mente.
He aquí esa vieja irreverente en el espejo