De pie en la ventana,
mi vista baja a la acera,
dos naranjos llenos de naranjas y flores de azahar, dan color y olor al espacio.
Recorro la calle vacía,
mi mirada sigue el movimiento y canto de los pájaros,
que de arbol en arbol saltan sin parar.
Vuelan solos, pero en el suelo, parecen comunicarse.
Una mancha amarilla cubre parte del suelo.
jamargos y diminutas margaritas se abren en el parque.
Un perro corre, una mujer con mochila le sigue,
los pájaros continúan su juego,
mis ojos pegados a la ventana, sienten calma,
elevo la respiración, con la expiración, me siento en el borde de la cama…
V
¡Sigamos en pie! Hermosas palabras. Saludos 🙂
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